Han transformado un objeto cotidiano en uno artístico.

La pieza de Silvia es un recuerdo. Cuando ella era pequeña, con 3 ó 4 años, le ponian un escalón porque no llegaba a lavarse. Por eso el perfil del lavabo tiene forma de escalera. La rama hace alusión a la edad y al crecimiento. Es un trabajo lleno de poesia. Los acabados, la tela, la estructura interior, todo, absolutamente todo lo que aparece está lleno de delicadeza.

El lavabo de Tamara es más grande de lo habitual. Se lo tuvo que traer rápidamente al instituto porque a su gato le gustaba bastante, como a mi. La tela es dorada, mullida como una espuma fina y muy agradable al tacto. Recuerda a algún trabajo de Claes Oldenburg cuando el artista trabaja con telas también.
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