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Un día que Antonio no contaba con que fuéramos al cine Silviota y yo. Al vernos entrar en el Broadway dijo: ¡Anda, pero si han venido las perritas Marilyn!
Esta expresión tan graciosa se ha hecho muy coloquial entre nuestro grupo de amigos.
Así que Arancha se ha encontrado una perrita Marilyn en la calle y me la ha regalado.
La he puesto en el salón, que es el espacio que más habito de esta casa.
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3 comentarios:
Estaba en la calle triste y sola y ahora calentita y rodeada de visitas. ¡Qué bien!
La pátina de suciedad no se le quita ni frotando con un cepillo de dientes.
A venido Victor a verme y le he dicho: yo también tengo perrita. A tardado un ratín en encontrarla.
Le he estado recordando la vergüenza que pasó en Londres cuando empezamos a probarnos tú y yo aquellos sombreros tan espectaculares encontrados en la calle.
vivan las perritas Marilyn!!
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