Quería ver como crecía la noche, y cómo viajaban la luna
y las estrellas. Alguien le había dicho que los astros se mueven,
y a veces se caen, y que el cielo va cambiando de color mientras
la noche anda.
"Los sueños de Helena" de Eduardo Galeano
Los polígonos sin más son muy aburridos. Pero si cambiamos el DIN A4 por un suelo gigante de hormigón al aire libre, el compás por cuerdas, la regla por listones, el lapicero por tizas y el silencio por hablar mucho, parece que esas formas geométricas son otra cosa.
Lo que realmente ha convertido a los polígonos en estrellas y en algo precioso ha sido la poesía de Eduardo Galeano y el trabajo de mis alumnos.
El texto lo ha hecho muy bien Kiara. Ha sido culpa mía que haya quedado tan pequeño.
Da igual que llueva y se nos borre. Lo importante es la acción, el momento de hacerlo, el haberlo disfrutado.
Gracias a Isolina y a Jaime que me dejaron sus clases para poder acabarlo. Y gracias a todos aquellos que nos han felicitado.
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7 comentarios:
Sigo aplaudiendo!
Ali
A primera hora del día y ya me haces sonreír, Ali. Gracias, preciosa.
Galeano también está aplaudiendo, seguro, mientras rie entre estrellas poligonales.
Tenía la actividad pensada hace tiempo y justo el día que salí a medir el patio para hacerlo ya, oigo la noticia de su muerte en la radio. Me quedé impresionada por la casualidad.
Enseñando a amar algo tan bonito.
Algún día te lo agradecerán.
Gracias Lucía.
Mónica, encontrar comentarios de alumnos de hace años me emociona. Y más si escribes algo así. Gracias y besos.
El cielo en el suelo, los astros hechos con polígonos enormes. Encantador
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