Cuando hice el concurso de traslados, la última vez, busqué en el diccionario la palabra expectativa. De todas las definiciones me gustaba esta: posibilidad razonable de conseguir algo. Y pensé, un primer destino razonable sería estar a unos 80 km de mi casa.
Más o menos así ha sido.
El curso que viene me voy a Valderas, tierra de campos, definitivamente.
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